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Subsector chairego

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Esta unidad comprende la mayor parte de la Terra Chá luguesa y las tierras altas de las cabeceras de los ríos Mandeo, Tambre y Ulla. El relieve de esta unidad oscila entre los 450 y poco más de 800 m de altitud, destacando la existencia de grandes superficies de topografía llana entre las que se intercalan pequeñas elevaciones. Aunque los sustratos litológicos son variados, en gran parte corresponden a depósitos detríticos de edad cenozoica, lo que unido a la topografía propensa al encharcamiento favorece la existencia de rasgos gleicos en los suelos y la formación de humedales de dimensiones muy variables (desde algunas decenas de m2 a más de una decena de ha).

El alejamiento del litoral y su emplazamiento en altitudes medias provoca un cierto efecto de continentalización climática que se refleja en un bioclima dominante de tipo oceánico. A su vez, el termotipo más extendido es el mesotemplado superior, restringiéndose el supratemplado inferior a las cotas situadas por encima de los 700 m de altitud. Los ombrotipos reconocidos son húmedos, comprendidos principalmente dentro del horizonte inferior.

La actividad humana ha conformado un paisaje en el que dominan las áreas de dedicación agrícola, principalmente como fuente de forraje para la amplia cabaña vacuna existente, así como la implantación de especies de crecimiento rápido (principalmente eucaliptos en la parte occidental de esta unidad y de pinos en la oriental) sobre antiguas áreas cubiertas por matorrales. La escasa termicidad de este territorio y el carácter poco caluroso de sus veranos justifican la práctica ausencia de plantas termófilas autóctonas en este territorio a la vez que han dificultado el empleo de especies ornamentales de amplia presencia en otras áreas biogeográficas próximas. En los fondos de cubetas y valles amplios a menudo se conservan considerables extensiones de prados y matorrales higrófilos (las conocidas como “veigas“ y “brañas”) que, debido a sus dificultades de uso y acceso, todavía no han sido convertidos en praderas artificiales o plantaciones madereras. Conforme se produce el aumento de la altitud hacia el límite septentrional y oriental de esta unidad se incrementa progresivamente la proporción de las masas arboladas dominadas por frondosas autóctonas, principalmente “carballeiras” de Quercus robur y Q. pyrenaica y abedulares, que todavía cubren extensiones importantes en la Terra Chá luguesa.

Debido a la abundancia de humedales continentales, en esta unidad biogeográfica se concentran las principales poblaciones de algunas plantas vasculares raras (o ausentes), tanto en el contexto gallego como ibérico, de especies acuáticas o higrófilas, como es el caso de Eryngium viviparum, Luronium natans, Pilularia globulifera o Hydrocharis morsus-ranae. También es frecuente en este territorio la presencia de Erica vagans en los matorrales y el sotobosque de las formaciones arboladas autóctonas, especialmente de aquellas que crecen en áreas propensas al encharcamiento. Por otra parte, asociadas a las llanuras de inundación del sistema fluvial Ladra-Parga-Támoga se conservan extensos bosques de inundación dominados principalmente por alisos, abedules, robles y fresnos, en los que se encuentran algunas especies de pequeños árboles raros en el resto de Galicia, como el bonetero (Euonymus europaeus) o el viburno (Viburnum opulus).

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