Subsector queixense
Comprende las sierras y valles que conforman el denominado Macizo de Queixa o Manzaneda, también conocido como Macizo Central Ourensano, que se extienden entre los 700 y los 1.781 m de altitud, así como las tierras altas situadas entre A Mezquita, el Val de Verín y el límite con Portugal. Se trata de tierras interiores situadas a altitudes elevadas en las que se registra una oscilación térmica anual acusada que redunda en un bioclima de naturaleza oceánica, aunque con mayor continentalidad en su mitad oriental. Los termotipos son variables, desde el mesotemplado superior (700 – 1.000 m) hasta el orotemplado (> 1.700 m), pasando por el supratemplado inferior (1.000 – 1.300) y supratemplado superior (1.300 – 1.700 m). Los ombrotipos oscilan entre el húmedo inferior y el ultrahiperhúmedo.
El relieve de esta unidad se caracteriza por la sucesión de niveles aplanados situados a diferentes altitudes entre los que se ha encajado la red fluvial de los principales ríos que la recorren (Návea, Conso, Támega, Arnoia). La acción de los glaciares cuaternarios es responsable de la morfología que caracteriza las principales cumbres de estas sierras en las que son frecuentes elementos típicos de este modelado como circos, umbrales rocosos, morrenas, etc. Los tipos litológicos dominantes son las rocas graníticas y las metamórficas ácidas que, en general, originan suelos pobres en nutrientes y con un escaso desarrollo en las vertientes inclinadas y algo más profundos en las áreas llanas en las que, en algunos casos, se desarrollan suelos higroturbosos, especialmente en las áreas sometidas a una mayor pluviosidad.
La cubierta vegetal actual se caracteriza por el predominio de las superficies ocupadas por matorrales (xesteiras, toxeiras, uceiras, piornales) entre las que se intercalan áreas arboladas, principalmente “soutos” y, en menor medida, masas dominadas por
Quercus robur y
Q. pyrenaica, en las proximidades de los núcleos habitados. Otros enclaves en los que subsisten bosques autóctonos son las áreas de cabecera de los principales ríos, en donde se pueden encontrar bosques dominados por
Betula pubescens, acebales y robledales con
Quercus petraea y
Q. x rosacea. Los espacios agrícolas se componen fundamentalmente de huertos y parcelas de producción de patatas y maíz y de prados de siega en los fondos de valle. Las repoblaciones forestales más frecuentes se han realizado con
Pinus sylvestris sobre antiguas áreas cubiertas por matorrales dominados por ericáceas.
Como se comentó con anterioridad, el efecto de la continentalidad climática favorece la presencia de algunos endemismos orófilos ibéricos, como
Dianthus langeanus,
Echinospartum ibericum,
Genista obtusiramea o
Campanula herminii, así como la de taxones endémicos de las montañas galaico-zamorano-leonesas (
Festuca graniticola).